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La tesis de grado: ¿la pesadilla del estudiante universitario?

  • Lic. María Fernanda González
  • 25 oct 2016
  • 3 Min. de lectura

Tras un extenso recorrido venciendo todo tipo de obligaciones académicas, con una dicha desbordante el estudiante universitario finaliza los últimos exámenes de su carrera universitaria, lo cual para muchos de ellos representa el desenlace de años de esfuerzo, dedicación, insomnio y otros vocablos asociados a la experiencia de ser alumno de una universidad. “No más exámenes”, “no más trabajos prácticos”, “no más pasantías” y otras expresiones similares emergen habitualmente.


Pasa el tiempo y con él la euforia, para dar lugar a la aparición de otro obstáculo académico que muchas veces no se lo toma con la seriedad que amerita hasta que se llega a la necesidad urgente de consumarlo: la elaboración de la tesis de grado.


Una realidad que constantemente abofetea a los estudiantes universitarios es que la culminación y defensa del trabajo final de tesis es el evento que verdaderamente materializa la finalización de la carrera universitaria, por lo que con gran facilidad se generan todo tipo de sentimientos alrededor de este proceso que van desde la pasión, miedo, desaliento hasta aborrecimiento.


Si bien el estudiante muchas veces tiene una idea vaga de aquello que le gustaría investigar, no consigue sintetizarlo en un tema o un título y menos aún logran operacionalizar las variables de estudio y sistematizar el proceso para concretar el estudio en cuestión.


La mayor parte de la génesis de los sentimientos negativos en relación a la tesis, surgen de otra realidad reconocida abiertamente por los estudiantes: “en la universidad no se los prepara suficientemente para elaborar una tesis, ni siquiera de mediana calidad”. Aquí se debe puntualizar dos aspectos emergentes de una misma problemática: por un lado, los docentes de las universidades no brindan suficientes herramientas para la ejecución de trabajos de calidad durante las clases de Metodología de la Investigación Científica y, por otra parte, la falta de interés por parte del alumnado recae en evidencia cuando tildan dichas clases de “aburridas” o “inservibles”, cambiando drásticamente de parecer cuando llegan al punto sin retorno en que desearían haber absorbido la mayor cantidad de conocimientos posible para poder finiquitar con su trabajo de final de carrera.


Otro escenario que acompaña a la experiencia “aversiva” de la elaboración de tesis son los mismos docentes universitarios y tutores metodológicos, que ciertamente no realizan el seguimiento que se requiere durante su elaboración y si lo hacen, por lo general brindan indicaciones vagas y ambiguas haciendo que el proceso resulte más complicado de que ciertamente debería ser. Sumado a esto, algunos de estos tutores pretenden conducir investigaciones cuando carecen de conocimientos y aptitudes mínimas para ello.


El paso del tiempo también se convierte un factor que induce a la postergación del trabajo de grado, ya que al finalizar las materias muchos dan inicio a su incursión en la vida laboral, contando así con menos tiempo para dedicarle a su ejecución de la investigación y generándose así la pérdida del enfoque inicial y la motivación, arrastrando el proceso de elaboración de tesis por más años de lo que debería.


Si bien para muchos estudiantes la elaboración de las tesis resulta un proceso agonizante por el que irremediablemente deben atravesar para culminar su carrera universitaria, para otros se convierte en el despertar de un interés permanente hacia la investigación, permitiendo de este modo el nacimiento de profesionales con vocación real que,con la preparación suficiente lograrán paliar la deficiencia de los tutores actuales haciendo de este proceso lo más llevadero posible para los futuros estudiantes.


 
 
 

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