La comunicación no verbal en la entrevista de trabajo
- Lic. David Roa (@davidroapy)
- 11 may 2016
- 4 Min. de lectura

La comunicación no verbal juega un papel decisivo en la búsqueda de empleo, especialmente en el proceso de selección. Cuando llegue el momento de la entrevista de trabajo, tienes que estar plenamente convencido de que eres la mejor opción y tienes que ser capaz de demostrarlo no solo con argumentos, sino también con tu comportamiento no verbal. Tus gestos, expresiones faciales, postura, apariencia, tu forma de manejar el espacio o tu propia voz, dirán mucho más que tus palabras. Si lo sientes de verdad, tu cuerpo hablará por ti. A continuación te presentamos algunas recomendaciones que te ayudarán para el decisivo proceso.
Tu currículum eres tú
El valor de un currículum no viene definido solo por su contenido, sino también por su presentación. El diseño habla de ti casi tanto como tu conducta. El currículum es el primer canal de comunicación no verbal que se activará en el proceso de selección. La sensación que cause en el seleccionador hará que vayas a la carpeta de los preseleccionados, o directamente a la papelera.
Por lo tanto, tómate tu tiempo y pide ayuda si es necesario para conseguir un diseño atractivo y sencillo, que facilite la lectura y centre la atención en aquellos aspectos que te interese destacar. Lo mismo ocurre con tus perfiles en redes sociales, lo cuentan todo sobre tu forma de ser, hábitos, gustos, aficiones, ideología o creencias religiosas. Cualquiera de esos detalles puede inclinar la balanza, en función de las creencias del seleccionador.
Acepta los nervios
Las personas suelen sobrevalorar los nervios en una entrevista de trabajo. Estar nervioso es algo lógico ante la posibilidad de obtener un empleo o un ascenso profesional. Y quien te entrevista lo sabe tan bien como tú. Si realmente eres el candidato idóneo, un pequeño desliz no te hará perder el puesto. De hecho, no conozco a nadie excluido de un proceso de selección solo por dar alguna muestra de nerviosismo. A no ser, que la conducta fuera patológica y respondiese a una personalidad neurótica y emocionalmente inestable. Así que debes aceptar los nervios como algo normal, olvidarte de ellos y concentrarte en el resto.
Evita las muecas y los gestos adaptadores, como rascarte, tocarte la cara o el pelo, frotarte las manos, removerte incómodo en el asiento, manosear la ropa o algún objeto. Mientras estés quieto y tu expresión facial sea positiva, todo irá bien. Recuerda que es importante transmitir con tu actitud los valores que te hayas propuesto demostrar, como la honestidad, responsabilidad, compromiso, entusiasmo, amabilidad, entre otros.
Cuida tu aspecto
La primera impresión vale más de lo que crees. En menos de un segundo causarás un buen o mal impacto a tu entrevistador. Por lo tanto, es recomendable que te vistas de manera discreta y cuidada. Si es posible, compatibilizar tu estilo personal con el de la empresa y el puesto al que aspiras. Evita la extravagancia y los excesos en accesorios, busca siempre el término medio. Y en caso de duda, recuerda que menos es más.
No olvides que el pelo también es un importante indicador, porque alguien que luce un pelo cuidado parecerá siempre una persona cuidadosa. Por el contrario, una prenda mal planchada o un calzado en mal estado serán suficientes para distraer la atención del evaluador. Ten presente que si descuidas tu imagen, incluido tu currículum o perfiles en redes sociales, pueden pensar que descuidarás también tu trabajo.
Prudencia con los aromas
El olfato está asociado a una de las emociones básicas más primitivas que es el asco y su función es alejarnos de lo que nos repugna, por ejemplo, de un alimento en mal estado, de una habitación si ventilar o de una persona sin higienizarse. Por lo tanto, un olor inadecuado puede transmitir una mala imagen de ti.
Incluso si el aroma es bueno, el resultado puede ser malo. Debes tener en cuenta que no todos tenemos los mismos gustos, por lo que si una fragancia es buena para ti no significa que lo será para los demás. El olor corporal puede ser tan molesto como el exceso de perfume. Si usas alguno, que sea lo más suave y discreto posible. Evita ponerte el perfume con los dedos o la palma de la mano, de lo contrario, dejarías tu aroma impregnado en la mano del entrevistador al saludarle y eso puede no gustarle. En ese caso, en su memoria quedará asociado el desagrado con tu persona.
La puntualidad
El tiempo también comunica. Las consecuencias de tu impuntualidad pueden ser letales, porque tu entrevistador podría interpretarla como desinterés, irresponsabilidad y falta de respeto hacia él o la empresa. Además, las prisas y agobios de última hora te provocarán más estrés y ansiedad. Mejor llegar con margen suficiente de tiempo.
Tampoco desesperes ni pierdas la concentración si te hacen esperar. Aprovecha para relajarte y repasar mentalmente tu estrategia y objetivos. Cuidado con los espacios comunes, accesos y salas de espera, cualquier responsable de la empresa puede observarte sin que seas consciente. Antes de salir de tu casa adopta el rol y la actitud que quieras expresar, como si la prueba empezara desde el mismo momento en que pisas la calle.
Transmite seguridad
Camina erguido y con pasos seguros, ni deprisa, ni despacio. Adopta una postura estable, abierta y simétrica. Establece contacto visual y sonríe con amabilidad a las personas que te cruces al entrar o salir. Saluda con un apretón de manos firme y completo, evita tocar con la otra mano el brazo o el hombro de tu entrevistador. Nada de palmadas amistosas o de besos que puedan invadir su espacio de intimidad. Si no te acercas a menos de 50 centímetros todo irá bien.
Evita poner algo sobre la mesa y tocar los objetos personales del entrevistador. Apaga o pon en silencio tu celular y no mires el reloj. Cuando estés de pie no cruces los brazos ni metas las manos en los bolsillos. Al sentarte, no cruces las piernas, y si lo haces, construye una pose discreta. Recuerda que no debes sentarte hasta que te inviten y tampoco debes ser el primero en hacerlo. No te recuestes por el asiento, mantente derecho y asiente con la cabeza devolviendo el feedback positivo cuando te hablen.
Cuando hables, no escondas las manos detrás de la mesa y gesticula con naturalidad. Debes moderar y modular tu voz para que suene serena y segura. No te precipites ni atropelles ten presente que el tono reflexivo es mejor que el imperativo. Recuerda hidratar bien las cuerdas vocales, evita ese día las sustancias irritantes como el café y, por sobre todo, no mastiques chicle.
Fuente: www.analisisnoverbal.com
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